Tras el terremoto del pasado 27/febrero 2010, en nuestra ciudad puerto de Talcahuano, se han emprendido un conjunto de iniciativas y proyectos que al paso del tiempo están situando a esta urbe en mejores condiciones para lograr un desarrollo armónico y sustentable, tanto en su reordenamiento y funcionalidad urbana, reactivación de sus actividades comerciales, construcción de nuevas edificaciones para distintos usos, etc., y sobretodo recuperando el acercamiento de la gente a las actividades propias de la urbe.
La mirada histórica de la ciudad, desde siempre se ha situado en torno al centro urbano, que si bien puede ser sesgado, sigue concentrando gran parte de las inversiones públicas y privadas. Es así que este Centro Urbano, en los últimos meses ha experimentado cambios en su estructura vial, que han permitido recuperar paulatinamente su funcionalidad urbana y comercial. A modo de ejemplo, se han reabierto, tras su reconstrucción, locales comerciales, actividades productivas y microempresas, como también se están habilitando espacios públicos. Esta última muy de la mano con el desarrollo y ejecución de la vialidad.
Pero que hay más allá del horizonte 2020 o 2030 y se podía seguir. La postura que está llevando la Autoridad Local de mirar a 10 años el desarrollo de Talcahuano, que por semántica, se ajusta sin mayor creatividad al “Plan Talcahuano 2020” que presenté al municipio antes del terremoto, requieren de una efectividad y concreción más allá de los horizontes políticos que permiten el periodo alcaldicio o el gobierno de turno.
A modo de ejemplo, las modificaciones del Plan Regulador de Talcahuano, que no sólo tras el terremoto, debiera haber sido la causa de su modificación. La ciudad por años se ha ido estancando y requiere urgente de nuevos instrumentos económicos, de planificación y de gestión urbana que promuevan en forma efectiva nuevas inversiones y logren un nuevo estilo de hacer ciudad.
La Recuperación de la Poza Blanco Encalada, que inicialmente comenzó en los años 1996, con los estudios del proyecto Ventana al Mar de la Empresa Portuaria de Talcahuano, producto de la modernización de las Empresas Portuaria de Chile (Ex Emporchi) y que finalmente nunca logró materializarse. Posteriormente en los años 2007, se retomó en otro sector de la Poza Blanco, el proyecto de la Dirección de Obras Portuarias promovido por el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, con esta nueva mirada de Chile al 2020, y en donde las Inversiones Públicas tenían este nuevo horizonte. Hoy tras prácticamente más de 15 años, aún no se ve un proyecto concreto que refleje los anhelos de la ciudadanía y funde las bases económicas para sustentar e incorporar a los diferentes actores del borde costero en un accionar proactivo con miras a construirlo realmente.
El Rediseño de la Plaza de Armas, una iniciativa también postulada, en el año 2007, como un proyecto bicentenario para nuestro puerto. Lo único positivo del Terremoto, en ese sentido, es que lleno de vida a la plaza Arturo Prat, con actividades de comerciantes. He de esperar que el nuevo diseño recoja esta nueva cualidad positiva, en donde la gente haga suyo este espacio público.
La Relocalización de las Actividades Pesqueras…un gran tema…tal vez, uno por los cuales, esta ciudad no se ha desarrollado por años, que de no lograrse resolver una localización adecuada….nuestra ciudad puerto dificilmente logrará desarrollarse. Y en esto creo que su explicación es más profunda que la simple planificación urbana. A modo de ejemplo; los valores ambientales como instrumentos económicos para su renta y economía urbana; los valores hedónicos, como aquellos intangibles que promueve valores urbanos positivos. Entre ellos la SOLIDARIDAD URBANA, entendida esta, como la entrega a la ciudad y a su gente de la justa medida de beneficios económicos, urbanos, ambientales y sociales. Esta mirada, no sólo desde el punto de vista de las empresas, sino también desde la responsabilidad pública que tienen las instituciones y autoridades.
Por último el Plan de Transporte Urbano, que como se menciono anteriormente, ha sido en gran medida el eje conductor que le ha devuelto la funcionalidad urbana y comercial. Un proyecto necesario, por años, y que solo hoy, tras el terremoto, viene a dar respuesta a una renovación y actualización de los requerimientos de nuestro puerto. Ya en años anteriores, otras comunas del Gran Concepción, fueron beneficiadas con inversiones públicas en vialidad.
Aún no hay conclusiones, Talcahuano se está construyendo. T2020
Edmundo Hernández Rojas
Arquitecto
Master en Economía Urbana
